La voz de un corazón grita con agonía reclamando un suspiro en el atardecer, le reza a la palabra no me lastimes más que el tenebroso invierno le prohíben salir y huelo a soledad, mis lágrimas esquivas traducen a mi rostro la tristeza aferrada a mi alma desecha.
Que triste lejanía y nadie se percata de mi gran agonía, sucumben los valores, se muere la poesía ¡y nadie se percata de mi gran agonía!, soy aquel que reclama los siglos de sequía pues solo en el desierto revivo aquel destierro tortuoso de la vida.
Fui el que a latigazos murió descuartizado en el alma de aquel que juzga a sus hermanos, fui el que sin saber murió de hambre y frío por la triste desdicha de un color prohibido, fui la inocencia muerta en el vientre iracundo de quien me contenía, fui quien en la agonía cayo despavorido por un misil de guerra que cayó en mi regazo, fui quien miró infartado aquel que en mi nombre dejó de ser humano.
Siento que la verdad ha sido macerada, olvidaron mi nombre, adaptaron su significado pues todos me mencionan mas nadie me practica, es que me han convertido en exhibición barata de una tienda fortuita, en base de una prédica de convicción vacía, más YO SOY el significado de la uva y el pan expresado en poesía, soy más que una expresión que conecta mi vida con la ley del universo, yo soy la esencia, la promesa, la existencia contenida en una sola palabra.
Soy la nota al unísono en todos los rincones de la creación, más soy evolución, inicio de la vida, mi comprensión encierra cambios constantes en el corazón, danzas decimales entre arena y mar, inmersión profunda en la magia del universo, reconociendo la belleza de todo en donde estoy contenido.
Mi presencia logra una magnifica comprensión y armonía entre los hombres independientemente del pluralismo que surge en la búsqueda de conocimiento, las relaciones interpersonales, las convicciones sociales previamente establecidas y la forma individualista de percibir la realidad.
Yo cruzo las fronteras, trasciendo diferencias, en todas las culturas danzo con alegría, adopto los colores de quienes me profesan, yo borro los rencores, decoro la alegría.
Y hoy yo me pregunto, ¿quizás fue que olvidaron la forma de expresarme?, ¿quizás leyeron esto y no saben mi nombre para poder llamarme?, soy el AMOR, el dilema de las generaciones, soy el que predicaron los grandes humanistas, soy el que muerto en vida, desnudo y sin techo, lloroso en la penumbra describo mi agonía.
Que triste lejanía y nadie se percata de mi gran agonía, sucumben los valores, se muere la poesía ¡y nadie se percata de mi gran agonía!, soy aquel que reclama los siglos de sequía pues solo en el desierto revivo aquel destierro tortuoso de la vida.
Fui el que a latigazos murió descuartizado en el alma de aquel que juzga a sus hermanos, fui el que sin saber murió de hambre y frío por la triste desdicha de un color prohibido, fui la inocencia muerta en el vientre iracundo de quien me contenía, fui quien en la agonía cayo despavorido por un misil de guerra que cayó en mi regazo, fui quien miró infartado aquel que en mi nombre dejó de ser humano.
Siento que la verdad ha sido macerada, olvidaron mi nombre, adaptaron su significado pues todos me mencionan mas nadie me practica, es que me han convertido en exhibición barata de una tienda fortuita, en base de una prédica de convicción vacía, más YO SOY el significado de la uva y el pan expresado en poesía, soy más que una expresión que conecta mi vida con la ley del universo, yo soy la esencia, la promesa, la existencia contenida en una sola palabra.
Soy la nota al unísono en todos los rincones de la creación, más soy evolución, inicio de la vida, mi comprensión encierra cambios constantes en el corazón, danzas decimales entre arena y mar, inmersión profunda en la magia del universo, reconociendo la belleza de todo en donde estoy contenido.
Mi presencia logra una magnifica comprensión y armonía entre los hombres independientemente del pluralismo que surge en la búsqueda de conocimiento, las relaciones interpersonales, las convicciones sociales previamente establecidas y la forma individualista de percibir la realidad.
Yo cruzo las fronteras, trasciendo diferencias, en todas las culturas danzo con alegría, adopto los colores de quienes me profesan, yo borro los rencores, decoro la alegría.
Y hoy yo me pregunto, ¿quizás fue que olvidaron la forma de expresarme?, ¿quizás leyeron esto y no saben mi nombre para poder llamarme?, soy el AMOR, el dilema de las generaciones, soy el que predicaron los grandes humanistas, soy el que muerto en vida, desnudo y sin techo, lloroso en la penumbra describo mi agonía.
Por: Berniza M. Calderón
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