sábado, 6 de febrero de 2010


Podría escribir sobre Haití un millón de fases tristes que nos recuerden todos los años de abandono social y la extrema pobreza de su gente, pero no es mi intención evocar en los lectores un sentimiento de tristeza, todo lo contrario, la tragedia del 12 de enero debe ser evocadora del sentimiento más puro de correspondencia y hermandad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario